Te veo a lo lejos y me invade una sonrisa,
Cómplice impronta de tu presencia en mi,
El olor de tu cuerpo desnudo junto al mío,
Viene pícaro con deliciosas remembranzas,
De esos eternos segundos en que nos amamos,
Y el color indefinido de tus ojos me recuerda
La fuerza gentil de tus manos en mi cintura,
Marcando el ritmo al que los corazones laten.
Te veo a lo lejos, concentrado y taciturno,
Contemplando panoramas complejos y cotidianos,
Se que tus ideas van y vienen, bulliciosas y brillantes
Mientras yo aquí, a la distancia en ti embelesada,
Llenando mis oídos de los ecos de tus palabras,
Remembrando sensaciones de nuestra danza milenaria,
En la que nuestros cuerpos perfectamente embonados,
Se entregan, se recuperan y nuevamente se pierden.
A lo lejos veo tu mando saludando a algún extraño,
Y yo imagino que se acerca a mi para marcarme,
Para dejar en mí piel, tatuada tu rubrica posesiva,
Veo tu sonrisa y lejos de los celos viene la añoranza
De ser de tus emociones y pasiones la depositaria.
De volver a vivir la fuerza avasalladora de tu ternura,
Te veo a lo lejos y en cálidas ensoñaciones me pierdo,
Y ajena al bullicio, en el mar de tus pasiones me extravío.
Cómplice impronta de tu presencia en mi,
El olor de tu cuerpo desnudo junto al mío,
Viene pícaro con deliciosas remembranzas,
De esos eternos segundos en que nos amamos,
Y el color indefinido de tus ojos me recuerda
La fuerza gentil de tus manos en mi cintura,
Marcando el ritmo al que los corazones laten.
Te veo a lo lejos, concentrado y taciturno,
Contemplando panoramas complejos y cotidianos,
Se que tus ideas van y vienen, bulliciosas y brillantes
Mientras yo aquí, a la distancia en ti embelesada,
Llenando mis oídos de los ecos de tus palabras,
Remembrando sensaciones de nuestra danza milenaria,
En la que nuestros cuerpos perfectamente embonados,
Se entregan, se recuperan y nuevamente se pierden.
A lo lejos veo tu mando saludando a algún extraño,
Y yo imagino que se acerca a mi para marcarme,
Para dejar en mí piel, tatuada tu rubrica posesiva,
Veo tu sonrisa y lejos de los celos viene la añoranza
De ser de tus emociones y pasiones la depositaria.
De volver a vivir la fuerza avasalladora de tu ternura,
Te veo a lo lejos y en cálidas ensoñaciones me pierdo,
Y ajena al bullicio, en el mar de tus pasiones me extravío.
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