Te vi plácido, complacido contigo mismo
Sonreías (si, de esas raras veces), para ti mismo,
Veía en tu mirada el beneplácito del deber cumplido,
Pues tu auto inventario te ha sido favorable.
Me perdí en la profanidad de tu mirada,
Me bañe en las aguas claras de tus ojos,
Sumergiéndome por instantes en tus interiores,
Quedando cautiva del universo que llevas dentro.
Me sentí orgullosa de ser subsumida por ti,
De ser un punto en la continuidad de tu línea,
De ser causa y efecto a la vez de tu sonrisa,
De ser coautora de tu estado de complacencia.
Sonreías (si, de esas raras veces), para ti mismo,
Veía en tu mirada el beneplácito del deber cumplido,
Pues tu auto inventario te ha sido favorable.
Me perdí en la profanidad de tu mirada,
Me bañe en las aguas claras de tus ojos,
Sumergiéndome por instantes en tus interiores,
Quedando cautiva del universo que llevas dentro.
Me sentí orgullosa de ser subsumida por ti,
De ser un punto en la continuidad de tu línea,
De ser causa y efecto a la vez de tu sonrisa,
De ser coautora de tu estado de complacencia.
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